La teología de la sustitución o reemplazo, que dice que Dios puso de lado al pueblo de Israel, y que su lugar fue ocupado por otro pueblo u organización, ha sido de nefastas consecuencias. Pues además de que trastornó el plan de Él para que toda la humanidad lo adorara, ha dado origen a doctrinas y prácticas ajenas a la Biblia.
Otras doctrinas derivadas de esta son la de las dispensaciones, rapto de la iglesia incluido, cambiar el día de reposo de sábado para domingo, endiosamiento de un hombre y poner de lado, la Torah, entre otras, y que son enseñadas como palabra de Dios, es una terrible aberración.
Por otro lado está el hecho de que al pueblo judío se le ha perseguido con saña, al punto que se cuentan por millones los muertos, tales fueron las cruzadas, la inquisición y el holocausto que los nazis realizaron hace menos de un siglo. Eso, sin contar las expulsiones que a lo largo de la historia las naciones cristianas han hecho de ellos.
Los propiciadores de esa nefasta teología demostraron dos cosas: ignorancia supina de las Escrituras, y odio gratuito hacia el pueblo judío, porque tal pueblo ha legado a la humanidad obras beneficiosas, la Biblia, entre ellas.
Son varios pasajes de las Escrituras que dicen lo contrario de esa aberrante enseñanza, de que Dios desechó a Israel, pues ella enseña lo contrario. Veamos:
“Y aun con todo esto (el castigo del Eterno a Israel, por no obedecerlo, entre ellos dispersarlos por todo el mundo), estando ellos en tierra de sus enemigos, Yo no los desecharé, ni los abandonaré para consumirlos, invalidando Mi pacto con ellos; porque yo, el Eterno soy su Dios {Levítico 26:44).
“Así dice el Señor: ‘Si pudiereis invalidar Mi pacto con el día y Mi pacto con la noche, de tal manera no haya día ni noche a su tiempo, podrá también invalidarse Mi pacto con Mi siervo David…(rey de Israel, consecuentemente con el pueblo)” (Jeremías 33: 20, 21).
“Digo, pues: ’¿Ha desechado Dios a Su pueblo? En NINGUNA MANERA…No ha desechado Dios a Su pueblo, al cual desde antes conoció…”(Romanos 12:1,2).
Son muchos más los pasajes que indican que la relación de Dios con Israel (los judíos, incluidos) es eterna. Razón por la cual aconsejo al amable lector examinar desprejuiciadamente la enseñanza que recibió, y volver a lo que Dios en su Palabra ha indicado.
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